martes, 24 de noviembre de 2009

Dos

"Tengo un valiente corazón encerrado entre hilos de aire melancólico, tensos ante la ausencia, congelados, indestructibles.
Tengo un llanto que gime, deslizando lentamente sus temores por entre aquellos hilos.
Dos amantes tiran de un lazo a distinto tempo, con distinta intensidad según sus latidos. Comprueban si sigue intacto, si no hay un momento que se floje en un tirón.
Diminuta, encuentra su mirada un lazo nuevo, del mismo color pasión, y tira a la vez de los dos. Responde. Siempre responde."





Aunque tú no lo sepas...



domingo, 8 de noviembre de 2009

... relees

Hay recuerdos de malos pasajes, ahí, en la libretilla, anotados; de malos, y muy malos. Qué poquitas ganas de recordar nada. En este hermoso punto de obstáculo superado o, al menos, sorteado, nada se salvaría si no me detuviese a pensar sobre todo lo que se quedó atrás, tanto lo bueno como lo malo (un poquito sólo). No aprendería nada entonces, y al menos, quiero aprovechar en el presente algo de lo que quedó atrás.

Una pregunta fue: "¿en qué fallaste?"; mientras que ahora: "¿fallaste?". Respuesta, clara, concisa, breve, dispuesta, tenaz, segura, libre, sincera: "NO", con sus dos letras, tamaño y tipo, el que quieras. Bien, siguiente en el cuestionario: "¿cuál fue el problema?" no saber ignorar, en serio, una cosa es intentar pasar de algo y otra, hacerlo.

Dicen que la ignorancia es de los más tontos, que los tontos viven felices. Cierto, cierto, pero a veces es muy bueno IGNORAR A IGNORANTES, tanto para la salud mental como física, como la de tu hermosa, única e inmancillable felicidad.

Y estas insaciables preguntas sobre si la felicidad existe o no... pues la verdad, no sabría cómo responder, pero tengo una vaga idea que puede asemejarse a una respuesta:
Podrás tener consciencia de cuán hipócrita es la gente, de lo ilógicas que son sus leyes (morales, sociales, etc.), de lo mal que está el mundo, de ti, de lo que te gusta, de tus sueños, tus esperanzas, tus desesperanzas, tu poco tiempo, tus grandes defectos, tus infelicidades... y cuando te recuerdas todo eso te preguntas si algún día llegarás a tal estado que se supere todo lo anterior. A lo mejor la respuesta sería no recordárselo, aparentar ignorarlo, no planteárselo; yo no digo qué es lo que está bien, ni qué es lo que está mal, pero puedo decir que siendo consciente de todo lo anterior, me encuentro en una pequeña burbujita de alegría que se empequeñece o crece, claro, dependiendo del instante. Es muy delicada, absolutamente imprescindible en mi vida. Me alegro porque llevo manteniéndola un tiempo y sé por qué; porque he aprendido algo, aunque no rememore los fallos o las partidas perdidas, he aprendido qué es lo que explota la burbuja, o lo que la mancha.
Cuando estás expuesto, débil... la burbuja explota, el frío y todo lo que quedó fuera se precipita sobre ti, te puedes quedar ahí arrinconada, intentando de alguna forma superar todo lo que llega sin aviso... cada uno a su modo, ése no es el mío.


Y en la vida en conclusión
todos sueñan lo que son.



Dahlia