jueves, 29 de enero de 2009

... el mundo siguió vacío

Por fin, está conseguido. Que te deje de importar lo que los demás digan.
Que te deje de importar que valoren algo o no, o, al menos, que sepas que no son sinceros.



Tanto odio entre mis manos, que no supe qué hacer con él,
¡y que no me importase el tiempo que, pensando, eché a perder!

Hoy que no se olvidan las cosas,
hoy que ya están fétidas,
que sólo contaminan lo que discurre en mis venas.

Pero, ¿qué ha ocurrido contigo?
Como gusta exagerar,
las cascadas de decepciones siempre ayudan a madurar...



y yo que creo q soy más pequeña...



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30 de julio. Una mujer joven, enropada en antiguo traje, se pasea por los jardines a las cuatro de la tarde.

Esperan que no esté loca.
Para no arremeter contra la ensoñación, los médicos han recomendado no romper el hilo, dejar seguir a la imaginación.

Su familia, también en telares envuelta, intenta hablarle, de formas ininteligibles, complejas, extrañas; para no acentuar su locura, ella los mira y se calla.
Y acompañando al calor de las piedras, ella sigue sentada.
Mirando al cielo con mirada lánguida, promete ya no ser ella sino ser lo que le plazca.